Los titulares de los Valores Santander, que han sido obligados a canjear sus bonos por acciones de la entidad el pasado día 4 de octubre, sufren actualmente unas pérdidas de en torno al 55%, más el 16 % de la comisión que se lleva el Banco por realizar dicho canje, es decir, además en perjuicio del cliente, el Banco recibe una contraprestación en su beneficio, lo cual le sitúa en una clara posición de conflicto de interés con sus clientes, tal y como así se establece en la Ley del Mercado de Valores.
El Santander realizó una colocación entre septiembre y octubre de 2007 de 1,4 millones de Valores Santander con la que logró recaudar 7.000 millones de euros. El principal atractivo de estos productos era el cobro de intereses del 7,3% nominal anual durante el primer año y del euríbor más 2,75 puntos porcentuales desde entonces hasta su vencimiento el 4 de octubre de 2012. El inconveniente es que, en realidad, se trata de obligaciones forzosamente convertibles en acciones pero el valor inicial fijado no es el del momento de venta sino otro fijado por el banco y muy por encima del precio de la cotización, así que dependiendo de la evolución de la acción, los inversores se arriesgaban a fuertes pérdidas.
Desde la emisión, el banco ha ofrecido varias ventanas de salida (en octubre de 2009, 2010 y 2011 y en junio, julio, agosto y septiembre de 2012) a la que se han acogido inversores que poseían un total de 880.700 Valores, con pérdidas variables, dependiendo de la fecha de salida, pero estimadas en el 60% en la mayor parte de los canjes.
Ante estas pérdidas, diferentes afectados coinciden en que en su día el Santander les vendió este producto como un depósito bancario a plazo fijo sin advertirles de los riesgos que corrían, pero actualmente, la entidad bancaria no cede ante las reclamaciones extrajudiciales que desde este bufete estamos enviando, quedando al parecer la única vía posible la interposición de una demanda judicial.