Se vendieron como un producto «del banco» , seguro y sin riesgos.
La gran mayoría de clientes que acuden a nuestro despacho coinciden con lo mismo: les vendieron los CDAs como un producto «del banco», siendo el único riesgo «la quiebra del banco», algo que nunca iba a pasar. Se les decía a los clientes que era un producto seguro y nada especulativo, ya que no cotizaban en Bolsa. Sin embargo, y nada más lejos de la realidad, los CDAs de Triodos son un producto complejo.
¿Qué es un producto complejo?
De la Web de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), extraemos la siguiente definición de productos No complejos:
- Se pueden reembolsar de forma frecuente a precios conocidos por el público. En general, siempre es fácil conocer su valor en cualquier momento y hacerlos efectivos.
- El inversor no puede perder un importe superior a su coste de adquisición, es decir, a lo que invirtió inicialmente.
- Existe información pública, completa y comprensible para el inversor minorista, sobre las características del producto.
- No son productos derivados.
A sensu contrario, los productos complejos son los que no cumplen con todas o alguna de las características anteriores.
Asimismo, los productos complejos suponen mayor riesgo para el inversor, suelen tener menor liquidez y son mucho más difíciles de entender.
Ejemplos de productos complejos
La propia CNMV nos da varios ejemplos de productos financieros complejos:
«Derivados, futuros, opciones, swaps, warrants, turbowarrants, contratos por diferencias (CFD), fondos de inversión libre (hedge funds), fondos de fondos de inversión libre (fondos de hedge funds), bonos, notas, depósitos o cualquier producto estructurado que incluya derivados o apalancamiento, etc.«
¿Por qué los CDAs de Triodos son productos complejos?
Los CDAs de Triodos son un producto financiero complejo y de muy alto riesgo (6/6), fruto de ingeniería financiera avanzada y emitidos y comercializados a través de estructuras empresariales interpuestas que son difíciles de entender por parte de inversores no profesionales.
Además, el hecho de que el valor de los CDAs esté condicionado por el un valor contable de las “acciones subyacentes”, convierte a éstos títulos en
derivados financieros y, por ende, en productos complejos.
Los productos derivados son instrumentos financieros cuyo valor deriva de la evolución de los precios de otro activo, denominado “activo subyacente”.
Este activo subyacente puede ser, por ejemplo: una acción, una cesta de acciones, una divisa, tipos de interés, un valor de renta fija, , materias primas, etc.
¿Qué consecuencias tiene que los CDAs sean un producto complejo?
Lo fundamental es que los clientes que contratan productos financieros complejos están muy protegidos por la Ley del Mercado de Valores (LMV) y la normativa MIFID.
La LMV es muy exigente con los requisitos que deben cumplir las entidades cuando comercializan productos complejos, y m´ás cuando se trata de clientes con perfil minorista.
Asimismo, los abogados que llevan estos asuntos necesitan conocimientos especializados. No estamos ante una cláusula suelo o un crédito revolving, que se enjuician en base a la falta de transparencia y abusividad. Los CDAs requieren mayores conocimientos, concretamente de la normativa MIFID, y también mucha experiencia en procedimientos judiciales similares.
Desde BBS Abogados, expertos en CDAs de Triodos y con amplia experiencia en productos financieros complejos, podemos ayudarle a recuperar la inversión. No dude en contactar con nosotros a través de nuestro formulario web, escribiéndonos a bbsabogados@bbsabogados.com o llamando al 93.760.53.77.